Karen Cano| El Diario | Lunes 31 Julio 2017 |

“Da más miedo quedarse en México”, dijo Josué de 21 años, quien pese a haber fallado en tratar de cruzar la frontera, volverá a intentarlo.

Originario de Oaxaca, ayer él armaba un rompecabezas junto con Lenin David, quien desde hace 17 días salió de Honduras con destino a esta frontera.

“Yo no tengo miedo, además mi hermano ya está allá”, dijo el adolescente de 17 años.

Luego de que durante esta semana se registró la muerte de cuatro migrantes que intentaron cruzar el Río Bravo y no pudieron contra la corriente, Josué, Lenin y Adrián, de 27 años, fueron cuestionados sobre su sentir ante esta situación.

Los padres de Lenin David se dedican a la agricultura, su hermano mayor se fue a Estados Unidos desde hace 5 años.

“Toda la gente me dice ‘¿Qué andas haciendo aquí?, ¡Regrésate!’, pero yo quiero cruzar, quiero irme con mi hermano, y quiero ayudar a mis padres”, relató.

Para venir gastó sus ahorros que ascendían a 500 dólares, con ese dinero pagó transporte terrestre y una estancia de una semana en la ciudad de Monterrey.

“La verdad es que me ha ido bien, yo no sufrí en el camino, comí bien y dormí bien. En Monterrey estuve una semana, unos me dijeron que habían durado (tardado) 21 días de Honduras a Monterrey, que porque venían en tren”, dijo, asegurando que está a días de cruzar, esperando que los nervios no lo traicionen y no correr la misma suerte que los cuatro guatemaltecos que perdieron la vida en el transcurso de la semana pasada.

La historia de Josué es similar, en Oaxaca dejó a su mamá. Dijo que allá trabajaba haciendo banquetas y que ganaba sólo para sobrevivir.

“A nosotros no nos da miedo que nos trate mal ‘la migra’, o que nos metan a la cárcel o a un refugio, muchos dicen ‘pues es como estar de vacaciones, con comida y techo seguro’. Da más miedo estar en donde mismo; el que no arriesga no gana”, dijo.

En su caso, el cruzó pero fue detenido por autoridades migratorias, sin embargo aseguró que eso no lo va detener de seguir intentándolo hasta lograrlo.

“En México no pasa nada, las autoridades no hacen nada, todo está igual. No necesitan ver a Guatemala o a otros lados, aquí en México la gente no tiene qué comer, anda buscando entre las sobras, no tiene trabajo, se queda en la calle y el Gobierno no hace nada porque sólo le interesan los impuestos”, señaló Josué.

Ambos llegaron a La Casa del Migrante, apenas el sábado. Días antes que ellos llegó Adrián, quien en Estados Unidos tiene a su esposa y a su hija de 4 años.

La primera vez que Adrián cruzó tenía 17 años, originario de Parral, Chihuahua, decidió irse en busca de su papá, con el que se reencontró. Su hija y su esposa también son mexicanas, y cruzaron con él la última de las tres veces que ha logrado hacerlo.

“Cuando llegué aquí, hace una semana, me dijeron que fuera a un centro de rehabilitación, vieron que no estaba drogado ni nada y me dejaron quedarme, los que estaban ahí me dieron una pastilla que para dormir, pero duré tres días sin poderme despertar, me golpearon, estuve durmiendo en las banquetas, pero yo estoy aferrado porque mi familia está allá y voy a regresar”, dijo.

En lo que va de este 2017 van 10 personas que se han perdido la vida en su intento por cruzar esta frontera.

Blanca Alicia Rivera, directora de la Casa del Migrante, alertó que el número de centroamericanos que llegan en busca de cumplir el ‘sueño americano’ se duplicó al menos en las últimas dos semanas.