Kara Castillo |  Agosto, 2017 | Foto: Archivo | http://www.e-consulta.com |

Puebla figura entre las entidades que registraron la mayor expulsión de población indígena de sus lugares de origen, señala el reporte “Al día las cifras hablan” difundido por el Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, este 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

Según datos basados en estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México (CDI) de 2015, Puebla, junto con Oaxaca, Veracruz, Yucatán y  Ciudad de México reportaron expulsiones por arriba de 100 mil emigrantes indígenas al año.

En contraste, Baja California, Nuevo León y Quintana Roo se destacaron como polos de atracción. En estas entidades el porcentaje de población indígena que nació en otro estado de la República Mexicana superó el 70 por ciento

Se destaca que en la historia de la migración reciente, los estados que más población indígena recibieron fueron Baja California Sur y Nuevo León,  en ese año.

Un estudio del Colegio de Posgraduados “Migración indígena hacia espacios agrícolas marginados de México. Un caso para contar”,  documentó que la expulsión de la población rural e indígena parte de la zona centro del país y considera al Distrito Federal y a los estados de Guerrero, Hidalgo, México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala.

El estudio cita que en el año 2000, en la Sierra Norte de Puebla y Totonacapan, más de 800 mil personas habitaban la región y que cinco años después alrededor de 11 mil  571 personas habían migrado, siendo el Distrito Federal su principal destino.

El estudio plantea que ante la demanda de mano de obra escasamente calificada se promueve el libre mercado de trabajo y en los espacios rurales se aplica una política agrícola desfavorable a la producción de granos básicos y de café.

“Una consecuencia es el incremento del nivel de pobreza de la población rural indígena; de la migración a espacios agrícolas capitalizados”, señala el análisis  basado en un muestreo no estadístico denominado «Bola de nieve», con 76 jornaleros agrícolas que migraron de regiones indígenas a laborar en el municipio de Calpan, Puebla.

“Los resultados indican que los migrantes jornaleros mantienen las características de sus regiones de origen, y las principales causas de la migración son la pobreza y el escaso empleo en las comunidades de donde provienen. Son empleados en Calpan por la falta de mano de obra en este municipio para realizar la cosecha de sus cultivos; los ingresos que obtienen son superiores a los de su lugar de origen y la mayoría expresó que viven mejor en esta región que en su lugar de procedencia. Se concluye que la migración es estacional e intrarregional y contribuye a mejorar las condiciones de vida de los jornaleros en sus espacios de origen”, señala el estudio.