Duelo migratorio

Uno de los fenómenos que más desestabilizan la vida de las personas desde hace siglos es la migración. Desde siempre las personas han abandonado sus países buscando mejores condiciones de vida. Durante mucho tiempo, los problemas y circunstancias bélicas, económicas, ideológicas o educativas, han sido algunas de las causas que la han provocado. Actualmente, las personas emigran sobre todo por razones laborales y sociales.

Los migrantes viven con el temor y la incertidumbre de un presente y futuro inciertos, ya que deben adaptarse a una cultura, estilo de vida, idioma y comidas diferentes, así como soportar además el sentimiento de fracaso por las dificultades que encuentran para acceder al mercado laboral y de miedo por quedar sometidos a las mafias y a otros riesgos para sobrevivir. Pero, además, su mirada al pasado genera sentimientos de soledad, de nostalgia por la pérdida de su hogar, lengua y cultura, y de dolor por la separación de su familia y amigos.

La necesidad de una pronta adaptación, el dolor por la separación de familiares y amigos y el miedo ante un ambiente extraño y hostil pueden ser los desencadenantes de un gran estrés, que, visto como sufrimiento por todo lo perdido, como miedo por los peligros físicos relacionados con el viaje migratorio y como fracaso del proyecto, es equivalente al duelo, entendiendo con este término todo el proceso de organización que acontece cuando la persona pierde algo que es especialmente relevante o significativo para ella.

Como señaló Achotegui, existen 7 duelos en la migración: la familia y los seres queridos, la lengua, la cultura, la tierra, el estatus social, el contacto con el grupo de pertenencia y los riesgos para la integridad social. Conviene recordar que puede existir una distinta percepción e intensidad del duelo dependiendo de factores sociodemográficos, de la situación del proceso migratorio, etc.

Cada vez más se incluye la posibilidad de emigrar como otro paso más en la vida por los deseos de mejorar en algún ámbito, conocer y experimentar cosas nuevas.

No olvidemos las migraciones por las condiciones de vida violentas u otros conflictos. En cualquier caso, embarcarse en un proyecto que implica dejar atrás familia, amigos, cultura entre otras cosas; inevitablemente deriva en un trabajo personal intenso de adaptación y duelo. 

El duelo migratorio es un tipo de elaboración de la pérdida que empieza cuando una persona emigra. Es un proceso que puede culminar en éxito o en patología, ya que cuestiona los recursos y estrategias de adaptación de cada uno, moviliza emociones ambiguas haciendo que el duelo también lo sea. Puede resultar el más simple de los duelos, pero conlleva una serie de circunstancias que pueden hacer que se complique y trastoque todas las áreas de la vida de una persona.

Esta experiencia de cambio obliga a la persona a trabajar en dos direcciones: la adaptación a lo nuevo y desconocido y la elaboración del duelo. Cada proceso de duelo es diferente, y el logro de estos objetivos se verá influenciado por características personales, las condiciones de la migración, el país de destino, el apoyo social, la nacionalidad y la edad.

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