Urgente, atender la crisis migratoria

A la crisis sanitaria por el Covid-19 se ha sumado una grave problemática social en el mundo, íntimamente vinculada con la vulneración de los derechos humanos: la crisis migratoria, los flujos incesantes de las áreas rezagadas hacia los polos de desarrollo, como el incremento de los cruces irregulares, tanto en el río Suchiate en la frontera sur de nuestro país, como en la línea divisoria de México con Estados Unidos, en condiciones infrahumanas, incluidos niñas y niños, solos o acompañados.

El detonante de fondo: la violencia, los desastres naturales, la inseguridad alimentaria y el incremento de la pobreza en los países de Centroamérica, especialmente en el llamado Triángulo Norte, formado por Guatemala, Honduras y El Salvador, y la regresión en los principales indicadores económicos y sociales en el propio territorio nacional, la involución en los parámetros que miden la generación de riqueza y la calidad de vida, comenzando por el deterioro en el poder adquisitivo del salario.

Otro factor de importancia capital en la migración irregular, indocumentada son los acuerdos de libre comercio suscritos por México con sus socios comerciales del primer mundo –Estados Unidos y Canadá para empezar– han incluido el libre intercambio de mercancías, pero no el libre tránsito de personas, ni siquiera en programas temporales y acotados, como sí ha ocurrido en otros mercados y regiones del mundo. Una globalización mercantil, sin rostro humano.

Es cierto que los acuerdos de libre comercio han propiciado el incremento de las exportaciones y la generación de empleo, favoreciendo a los sectores modernos y competitivos, pero a costa de importantes segmentos como el campo, y con millones de mexicanos fuera del círculo virtuoso de la generación de oportunidades. El éxodo de migrantes que hoy observamos en el primer trimestre del año así lo evidencia.

Para ilustrar el fenómeno con cifras e ir más allá del análisis doctrinario, baste decir que en mayo de 2019, en el pico más alto de la década, cuando la detención de migrantes indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos llegó a 144 mil capturas, el entonces presidente Donald Trump advirtió a México que si no frenaba la migración ilegal impondría aranceles a las importaciones provenientes del país, lo que obligó a enviar efectivos de la Guardia Nacional a la frontera con Guatemala para contener la migración. Ahora, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos reportó oficialmente que las detenciones en su frontera sur, en marzo de 2021, fueron 172 mil, la cifra más alta en 15 años, según la agencia France Press.

En el balance del primer trimestre de 2021, según datos de la patrulla fronteriza, detuvieron a 74 mil migrantes en enero, poco más de 100 mil en febrero y los 172 mil de marzo. De ese universo, 147 mil detenidos eran de nacionalidad mexicana, la tercera parte del total, un aumento de 125 por ciento respecto del trimestre anterior. Del total de detenidos, 11 por ciento eran menores de edad.

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