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Alejandra García/11-06-2018

San Diego.- Decenas de activistas y defensores de derechos humanos se manifestaron a las afueras del centro de detención de Otay Mesa, en San Diego, para exigir un alto a la política de cero tolerancia implementada por el actual presidente de los Estados Unidos, que ha abonado a la separación de familias y trato inhumano de las decenas de migrantes que llegaron al vecino país a solicitar asilo político.

Con carteles en mano y entonando al unísono un canto de justicia, los activistas denunciaron que los migrantes que llegaron a la unión americana para escapar de la violencia de sus países, a través de la Caravana 2018, han sido sometidos a tratos “inhumanos” al interior del centro de detención en el que se encuentran recluidos.

“Hay más de 50 caravaneros y caravaneras que se están uniendo con otras personas encarceladas (en el centro de detención) para exigir mejores tratos, para exigir el respeto a sus derechos, para exigir justicia, porque lo que han encontrado es la separación de familias, criminalización, sufrimiento, pero eso puede cambiar con la fuerza y voluntad de todos”, aseguró Gina Garibo, representante de la asociación Pueblos sin Fronterizas, una de las organizaciones que se dio cita a las afueras del centro de detención.

En el lugar, diversos activistas aseguraron que los hombres y mujeres que llegaron a Estados Unidos en búsqueda de una mejor oportunidad de vida, sólo ha encontrado malos tratos y discriminación por parte de las autoridades norteamericanas. A las afueras del centro, leyeron lo que afirmaron era una carta enviada por los caravaneros que hoy se encuentran recluidos en el centro de Otay Mesa.

“Cuando nos ofrecen trabajo voluntario, lo tomamos ante la necesidad que vivimos; nos obligan a trabajar seis horas por un sueldo de un dólar con 50 centavos; nos amenazan con reportar a los jueces por no querer trabajar”, leyeron los activistas.

Aseguraron que los tratos a los que son sometidos, atentan contra sus derechos y su salud, en inclusive aseveraron que la falta de atención atentó contra la vida de uno de los migrantes que logró cruzar la frontera.

David Abud, otro activista reunido la mañana del domingo a las afueras del centro en Otay Mesa, aseguró que el mayor temor actualmente es la separación de familias a la que han sido sometidos los migrantes que dejaron sus países de origen, intentando escapar de la violencia y que, al llegar a la frontera sur con Estados Unidos, sólo encontraron celdas en las que fueron encarcelados mientras llevan a cabo su proceso de asilo político, procesos que pueden extenderse durante meses.