PABLO PARDO |Washington |
Donald Trump ha amenazado con cerrar la novena frontera más larga del mundo -3.145 kilómetros-, para evitar la entrada en su país de alrededor de 5.000 inmigrantes de Centroamérica. Así lo ha declarado el presidente estadounidense en un tuit este lunes en el que ha afirmado que México debería llevar a los migrantes «de vuelta a sus países. ¡Que lo hagan por avión, que lo hagan por autobús, que lo hagan como quieran, pero NO van a entrar en EEUU! Cerraremos permanentemente la frontera si hace falta«.
La última vez que EEUU hizo eso fue hace 17 años, cuando, después de que 19 terroristas asesinaran a 32.000 personas el 11-S, Washington cerró temporalmente sus fronteras con el resto del mundo. Aparentemente, los 5.000 migrantes centroamericanos requieren, según Trump, una respuesta similar.
El ‘tuit’ de Trump, como casi todos los suyos, tiene la misma flexibilidad que la plastilina. O sea: puede significar lo que se quiera. México es el tercer socio comercial más importante de Estados Unidos (el cuarto, si se considera a la Unión Europea como un solo país, lo que es el caso a efectos de comercio internacional) y los intercambios bilaterales ascienden a 542.810 millones de euros (615.600 millones de dólares). Así pues, si se cierra toda la frontera, el impacto económico en los dos países será enorme porque, aunque una parte del comercio se realiza por barco y avión, el grueso viaja por carretera.
México sería el país más afectado por una medida de este tipo, porque nada menos que el 80% de sus exportaciones va a Estados Unidos, lo que significa que ese país es totalmente dependiente del mercado del norte. Pero Washington también sufriría. Y mucho. Un ejemplo: según el ‘think tank’ de Washington Brookings Institution, un coche medio de Ford cruza la frontera entre México y EEUU la friolera de ocho veces en su proceso de ensamblaje, hasta quedar preparado para la venta en Estados Unidos. Si no hay frontera, así pues, no hay ensamblaje de coches.
Con tanto en jugo, el ‘tuit’ de Trump fue capaz de hacer que el peso mexicano cayera un 0,3%. Si la intención de Trump es asustar a los mexicanos, lo está logrando. Claro que no es solo el presidente. La secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, ha sido más concreta que Trump al afirmar, también en Twitter, que EEUU «no tolerará violación de la ley de este tipo y no dudará en cerrar puertos de entrada [es decir, pasos fronterizos] por motivos de seguridad. El domingo, Washington ya cerró durante cinco horas el paso de San Ysidro, en California, después de qué se produjeran enfrentamientos entre los migrantes y los guardias fronterizos de EEUU.
La escalada de Washington no se limita al cierre de fronteras. El Gobierno de Trump también ha dado orden a los 8.000 militares que ha desplazado a la frontera -5.900 de las Fuerzas Armadas y 2.100 de la Guardia Nacional- a llevar a cabo acciones de defensa de la ley que incluyan «el uso de fuerza letal» si eso fuera necesario. Esa segunda medida podría violar la ley de 1878 que prohíbe el uso de las Fuerzas Armadas dentro del territorio estadounidense para cumplir misiones propias de las autoridades civiles, en este caso, la policía y los servicios de guardia fronteras (ICE, según sus singlas en inglés).