FRANCIA| 8 DE JUNIO DEL 2020| FOTO: ARCHIVO

POR: SALLY JABIEL.

unque en un clima de desconfianza, Francia está saliendo del confinamiento que para miles de latinoamericanos que allí residen ya ha tenido consecuencias abrumadoras. Familias viviendo hacinadas, muchas que quedaron sin trabajo, sin subsidios de desempleo u otras ayudas, e inclusive estudiantes que dejaron de recibir dinero de sus parientes por el cierre de fronteras.

“No esperaba encontrarme con tanta necesidad. Aquí tenía la sensación de que se está mejor, hasta que empecé a recibir mensajes de familias que necesitaban ayuda”, explica Anastasia Rubio de Link Aid, asociación que fundó, en pleno confinamiento, junto a dos jóvenes colombianos para ayudar a otros migrantes.

“No esperaba encontrarme con tanta necesidad. Aquí tenía la sensación de que se está mejor, hasta que empecé a recibir mensajes de familias que necesitaban ayuda”

Son las ocho de la noche y Anastasia continúa con las llamadas a empresas y otros posibles aliados que quieran sumarse a la ayuda destinada para las familias latinas. A sus 24 años, esta documentalista colombiana, quien ha vivido casi la mitad de su vida en este país, compagina por ahora sus días de teletrabajo con los de esta nueva asociación.

En Francia viven unos 150,000 sudamericanos, de los cuales 29,000 son colombianos y 12,000 peruanos quienes en gran mayoría trabajan de manera informal, sin papeles, en el sector de la construcción, la hostelería y los servicios de cuidado. “Me encuentro hace once meses en París, vine buscando mejoras para mis hijas, pero no tengo suerte aún, prácticamente vivimos el día a día como se puede”, explica Antonio Lefèvre, un peruano que compartió este testimonio con Link Aid.

La pandemia ha disparado las urgencias sociales para cientos de migrantes como Lefèvre que, en esta guerra declarada desde el gobieno francés contra el coronavirus, se han quedado sin ingresos. A pesar de que la economía empieza a reactivarse en todas la ciudades de Francia, la asociación estima que tan solo el 10% de las familias comienza a tener ingresos para cubrir sus gastos básicos. Al contrario, el 78% sigue necesitando ayuda urgente.

“Es un proceso que ha ido muy lentamente. A bastantes familias ya las están llamando para trabajar, pero para las próximas semanas. La gente realmente está en espera y tampoco sabemos si vamos a tener otro brote en el país”, explica Rubio.

Así lo que comenzó como una colecta de fondos para ayudar a unas 20 familias, ha crecido hasta convertirse en la asociación Link Aid que a la fecha ha ayudado a más de 700 latinoamericanos, entre colombianos, peruanos y ecuatorianos quienes reciben alimentos, platos preparados o cupones de 50 euros para gastarlos en un supermercado.

“Las empresas han sido muy solidarias, uno se espera encontrar una puerta cerrada pero en realidad se preocupan e intentan encontrar soluciones”, explica Rubio y es que hasta ahora tienen alianzas con empresas de alimentación como Saveurs et Vie, Mi Ranchito Paisa o Petit Forestier que les ofrecen los excedentes para ayudar a las familias migrantes.

HOTELES Y MASCARILLAS SOLIDARIOS

Si bien lo más urgente eran los alimentos para las familias, en Francia, y en particular en París, el alojamiento siempre ha sido un tema complicado. “Sabíamos que la gente que no podía comprar alimentos, tampoco estaba pagando la renta y obviamente iban a tener problemas”, dice Anastasia.

Hay muchos migrantes a los que los caseros les han cortado la luz y, hasta el agua, recurso esencial en este momento sanitario tan crítico. Por esta razón, Link Aid está trabajando en colaboración con hoteles que, en esta pandemia, han tenido que cerrar y podrían ofrecer sus habitaciones a precios asequibles para estas familias.

Hay muchos migrantes a los que los caseros les han cortado la luz y, hasta el agua, recurso esencial en este momento sanitario tan crítico

Otra estrategia que está impulsando es la confección y venta de mascarillas a cargo de cinco costureras colombianas. “Vamos a crear economía dentro de las familias”, cuenta Rubio y es que cada costurera producirá unas 2000 mascarillas que la asociación venderá a precios accesibles. Las ganancias permitirán que estas mujeres tengan un salario de 1000 euros y que además se pueda financiar parte de los alimentos que la asociación reparte a todas las familias.

PARA MÁS INFORMACIÓN: https://www.elsaltodiario.com/francia/paris-y-la-solidaridad-migrante-en-plena-pandemia-