|SHAEL, ÁFRICA|11 DE JUNIO DE 2020|FUENTE: ACNUR |FOTO: ARCHIVO |

 ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados está preocupado por el ascenso de violencia en la región del Sahel, donde cientos de personas inocentes han sido atacados en las últimas semanas, provocando más desplazamientos y obstaculizando seriamente las actividades humanitarias. 

Grupos armados atacaron un área de hospitalidad de refugiados en Intikane, en el oeste de Níger, y mataron a dos líderes refugiados y un líder de la comunidad local el 31 de mayo. Esto dio como resultado que más de 10.000 personas buscaran protección en el interior de Telemces, donde ACNUR y sus socios han ayudado a proporcionar rápidamente unos 1.180 alojamientos temporales. Sin embargo, las condiciones de vida allí son “deplorables” en relación con el agua y la salud. 

“Los continuos ataques contra civiles en el Sahel, que han paralizado la vida en las ciudades y áreas fronterizas, son insondables e incomprensibles. Las personas se están desplazando en varias ocasiones y necesitan desesperadamente nuestra ayuda. Estamos haciendo lo mejor que podemos para brindar asistencia a pesar de los tiempos difíciles”, dijo Millicent Mutuli, Director Regional del ACNUR para África Occidental y Central, en referencia a la pandemia de COVID-19 y algunas de las limitaciones que surgen de la respuesta.

En respuesta, ACNUR ha brindado asistencia de alojamiento a más de 25.000 familias y tiene como objetivo concluir la distribución de artículos de ayuda a 16.500 familias para fines de junio de 2020. Sin embargo, las actividades humanitarias se ven seriamente obstaculizadas por la creciente inseguridad, el impacto de la COVID-19 y la falta de recursos adecuados.

“La situación humanitaria es extremadamente grave en el centro del Sahel. Las familias desplazadas viven en sitios superpoblados, el acceso a los servicios básicos es mínimo y estamos compitiendo contra el tiempo para aumentar nuestra respuesta ante las nuevas necesidades que crecen más rápido que los recursos disponibles”, agregó Mutuli del ACNUR.

Para resaltar las inmensas necesidades en la región y continuar la respuesta en curso a la crisis cada vez más profunda, ACNUR lanzará su Llamamiento para la Crisis del Sahel este viernes 12 de junio.

Los tres países tienen infraestructuras sociales débiles, lo que significa que el alojamiento, la alimentación, la salud y el suministro de agua a los refugiados y las personas desplazadas sigue siendo una prioridad. Muchos llegan sin pertenencias y son recibidos por las comunidades de acogida, que a pesar de su generosa bienvenida están en un punto de quiebre y necesitan apoyo para sobrevivir.