| LONDRES/ HONG KONG | 06 DE JULIO DE 2020| FUENTE: LA JORNADA| FOTO : ARCHIVO  | 

En tiempos en que la salida de migrantes en todo el mundo es visto como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos o la Unión Europea (UE), los gobiernos de China y el Reino Unido se han enfrascado en una insólita disputa: la lucha por el futuro de millones de hongkoneses que han decidido emigrar a la vieja metrópoli inglesa para huir así del zarpazo del régimen chino que, según aseguran, amenaza sus libertades y estilo de vida.  

La historia de esta insólita disputa arrancó el miércoles pasado, cuando Gran Bretaña anunció que otorgaría el derecho de residencia a 3 millones de hongkoneses habilitados para obtener el Pasaporte Nacional Británico de Ultramar, afirmando que con ello cumplirá su deber histórico con una antigua colonia británica, después de que Beijing impuso en el territorio una ley de seguridad nacional nueva y amplia.

El secretario del Exterior británico, Dominic Raab, dijo a la prensa que el país modificará sus normas de inmigración para dar a los tenedores del pasaporte de ultramar BNO una vía especial a la ciudadanía. Los hongkoneses autorizados podrán vivir y trabajar en el Reino Unido durante cinco años. Después de ese lapso, aquellos que lo deseen podrán solicitar el estatus de radicación y un año después la ciudadanía.

No se dio una fecha exacta para la entrada en vigor de la nueva norma. Raab dijo que se darán a conocer otros detalles más adelante.

Menos de una semana después, el gobierno chino advirtió que tomaría contramedidas si el Reino Unido persiste en el plan de concederle a millones de hongkoneses la posibilidad de la ciudadanía británica en respuesta a la nueva ley de seguridad para Hong Kong, declaró este jueves la embajada china en Londres.

«Si la parte británica hace cambios unilaterales en la práctica pertinente, violará su propia posición y sus compromisos, así como el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales», dijo la embajada en una declaración en su sitio web.

«Nos oponemos firmemente a esto y nos reservamos el derecho de tomar las medidas correspondientes», añadió, sin dar más detalles.

Hong Kong volvió bajo soberanía China en 1997 tras un acuerdo de retrocesión firmado con el Reino Unidos que preveía una autonomía judicial y legislativa durante 50 años.

Ese tratado allanó el camino para la entrega de Hong Kong a la soberanía china bajo el principio de “un país, dos sistemas”, hasta 2047.

Las autoridades chinas han calificado la declaración de “documento histórico”, algo que Gran Bretaña rechaza enérgicamente.

Londres prevé modificar las cláusulas del «pasaporte británico de ultramar» para facilitar a los poseedores la instalación en el Reino Unido.

Unos 350.000 hongkoneses disponen de ese pasaporte, que se duplicó desde el inicio de las protestas pro-democracia hace un año.

En principio, 2,9 millones de hongkoneses, todos los que nacieron antes de 1997, tendrían derecho a ese documento.