Adrián Galindo | http://www.zocalo.com.mx |
Saltillo, Coah.- A decir del padre Pedro Pantoja Arreola, quien encabeza la Casa del Migrante de Saltillo, hace 440 años la ciudad fue fundada y poblada por migrantes, que llegaron caminando sin mayores pertenencias a la capital coahuilense, buscando la oportunidad de vivir dignamente.
El mismo sacerdote es parte de esta historia, quien junto con sus padres viajó desde su natal Durango para trabajar esta tierra, y posteriormente encontrarse con su vocación de fe y activismo social, que desde hace décadas a seguido a pesar de las adversidades.
“Yo soy hijo de campesinos muy pobres, que vinimos hambrientos de Durango atravesando las piscas de algodón de la Laguna, llegando a hospedarnos dignamente en Parras”, subraya Pantoja Arreola.
“Mi vida fue de campesino, de familias muy pobres, y en mi andar he podido recorrer los caminos de la educación, no solamente desde secundaria, hasta la universidad y la maestría, los migrantes venimos de otras partes para ser beneficiados por una cultura y también para aportar a ella”.
Para Pedro Pantoja nadie deja de ser caminante, y esa es parte de la riqueza humanitaria que guarda Saltillo.
“Dice un sociólogo francés que todas las civilizaciones se hacen caminando, con los pies, hemos llegado hasta aquí y formamos parte de este gran fenómeno migratorio, que hoy engrandece a la ciudad de Saltillo”.
SANTUARIO DE MIGRANTES
En el marco de su 440 aniversario, Saltillo debe sentirse orgulloso de vivir en carne propia uno de los fenómenos migratorios más importante desde lo social, que viene a trascender en la vida ordinaria, pero sobre todo, dice Pantoja Arreola, en la historia de la ciudad.
“Debemos sentirnos agradecidos y orgullos, de que en Saltillo hemos acogido a más de 250 mil migrantes, aquellos que forzados por su situación vienen hambrientos, colgados de los trenes, sufriendo todo tipo de violaciones, en condiciones inhumanas de extrema pobreza”.
“Debemos sentirnos orgullosos de que Saltillo es reconocido a nivel internacional como un santuario para migrantes, por el ACNUR, que es el Alto Comisionado para las Naciones Unidas de apoyo a Refugiados, porque hoy saltillo es sede de refugio y asilo para migrantes”, agrega el sacerdote.
Pedro Pantoja menciona que muchos de los migrantes que vemos pidiendo dinero en las calles, son personas que por cuestiones políticas, económicas y sociales nunca volverán a su país, o bien que sus familias fueron asesinadas por el crimen organizado, mientras que ellos viven bajo el yugo de una amenaza de muerte.
DEJAN HUELLA
Potencias económicas como Estados Unidos, deben gran parte su riqueza al trabajo que realizan los migrantes, considera el activista social.
A lo largo de los años, Pantoja Arreola ha podido comprobar cómo las costumbres, ideales, y religión han permeado en la cultura de Saltillo, principalmente en temas relacionados con tolerancia y derechos humanos.
“Gracias a los migrantes tenemos una nueva perspectiva de la migración, una que estaba silenciada y alejada de los derechos humanos, hoy tenemos congresos, presencia de universidades en la Casa del Migrante, y mucho apoyo por parte de la población”, apunta el sacerdote.
“Cuando en Saltillo habíamos tenido tanta presencia de organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, de las Naciones Unidad, de Human Rigths Watch, de otras tantas asociaciones, de embajadas, de la Unión Europea, hoy tenemos consulados como el de Honduras que operan en la ciudad; Saltillo es conocido a nivel internacional por sus migrantes”, añade.
Pedro Pantoja asegura que con todos estos acontecimientos, Saltillo ha entrado a la historia de los procesos sociales de la migración, en un momento donde migrantes, refugiados; personas desplazas de sus países de origen, llegan a nuestra ciudad.
“Recibir aquí africanos, a los hindúes, a gente de Etiopía, de Camerún, del Caribe, es lo que hace que Saltillo este despertando en el tema migratorio”.
SEGUNDA OPORTUNIDAD
Los migrantes que diariamente llegan a Saltillo, al igual que los que fundaron la ciudad, merecen una segunda oportunidad.
El padre Pantoja dice que aquel acontecimiento brutal que se dio, en donde un migrante fue señalado como asesino, de alguna manera fue superado por los ciudadanos.
“Hoy tenemos un blindaje social, es por eso que el crimen organizado no nos ha matado, al ver a tanta gente digna en esta casa; niños y jóvenes, ver como los niños de kínder vienen en navidad a cantar villancicos a los migrantes; el apoyo de mi comunidad de la Santa Cruz, creo que hemos logrado cambiar nuestra mentalidad sobre los migrantes”.
FUTURO DE MIGRANTES
“Vamos a vivir un proceso de inculturación muy grande, de inclusión social, dar las pruebas de que el migrante no es un asesino, no es un terrorista, no es un invasor, no es alguien que viene a degradar las condiciones humanas”, expone el padre Pantoja sobre el futuro de la migración.
“Así como Saltillo recibió a gente de medio oriente, a gente de otras partes, como los haitianos, a gente de África, también recibimos gente Europa del Este, Checoslovaquia, Lituania, letonia, para mí es muy grato que estudiantes de Finlandia conozcan a Saltillo por el trabajo que ha hecho la casa del Migrante”.
Aunque el futuro de la migración en Saltillo es incierto, el padre Pedro Pantoja considera que es gracias a ese pasado y el presente que estamos forjando, que podremos hablar de una ciudad Santuario que proteja los derechos humanos de los migrantes, por encima de cualquier interés político o económico que tenga un gobierno o la misma población.