29/08/2017 | http://www.huffingtonpost.com.mx |
En medio del caos que generó el paso del huracán Harvey, y por el que más de 30,000 personas han buscado refugio en albergues, a los inmigrantes indocumentados —además de temer por sus vidas y bienes—, también les preocupa que en los refugios haya autoridades migratorias que soliciten sus documentos y que, en caso de no mostrarlos, corran el riesgo de ser deportados y separados de sus familias.
Semanas atrás, el senado de Texas aprobó un proyecto de ley, el cual permite a la policía preguntar a las personas sobre su estatus migratorio. Dicha ley debería entrar en vigor el 1 de septiembre, por lo que los inmigrantes temen refugiarse en albergues y ser sujetos a dicha inspección.
Sin embargo, tanto el gobernador de Texas Gregg Abbot, quien contribuyó a esta ley, como los alcaldes de las ciudades afectadas han asegurado que dicho procedimiento no se llevará a cabo bajo estas circunstancias.
En entrevista con HuffPost México, el subsecretario para América del Norte, Carlos M. Sada, también afirmó que no habrá redadas antiinmigrantes. «Algo muy importante que sí quiero mencionar es que tanto el alcalde de Houston como el gobernador Abbott acordaron que ningún operativo antiinmigrante se va a activar y que pueden ir con toda confianza y tranquilidad para solicitar ayuda en estos centros», explicó.
El fin de semana, el secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray se comunicó con el gobernador Abbott para ofrecer ayuda al estado de Texas, que de acuerdo con una primera estimación de Bloomberg, el daño económico podría alcanzar los 30,000 millones de dólares.
Hasta el momento, el gobierno de Texas no ha respondido al «ofrecimiento abierto y permanente» del gobierno de México, pero según el subsecretario Sada el gobierno de Texas acordó enviar una lista explicando los apoyos concretos que necesitan.
«Me da la impresión de que el gobernador [de Texas] también está evaluando cómo puede ser más eficiente y más útil la ayuda de México», le dijo el subsecretario Sada al HuffPost México.
En 2005, cuando Estados Unidos fue objeto un desastre natural similar que afectó severamente varias partes de la Costa del Golfo, México envió a tropas del ejercito que sirvieron, durante semanas, más de 170,000 comidas a las víctimas del huracán Katrina y ayudaron a levantar los escombros.
La relación entre México y Estados Unidos en ese momento y, particularmente entre los entonces mandatarios Vicente Fox y George W. Bush era mucho más cercana a la que el gobierno de México tiene actualmente con el de Estados Unidos.
En una columna para The Washington Post, el exdiplomático Stephen Kelly recordó que en ese entonces los militares que apoyaron con el desastre que dejó Katrina, entraron sin visas ni pasaportes. Dados los comentarios que desde el inicio de su candidatura, el presidente de Estados Unidos Donald Trump ha hecho sobre México, y específicamente sobre los mexicanos, una colaboración bilateral similar resulta poco probable.
«Lo que estamos haciendo, me parece que es algo que tenemos que hacer con un país que es vecino, en donde las familias están íntimamente relacionadas y que también son nuestros socios», dijo el subsecretario Sada sobre la ayuda que el gobierno de México ofreció al estado de Texas. «Nosotros no tenemos ningún problema, que de ser el caso, ocurran los elementos necesarios para las labores que soliciten».