POR JORGE CARRASCO ARAIZAGA | 31 JULIO, 2017 | @jorgecarrascoa
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una nueva crisis por adicción a las drogas en Estados Unidos tiene a la mira, de nueva cuenta, a México. Desde el año pasado había sido registrado un creciente número de muertes en aquel país por consumo de fentanil o fentanilo, un opiáceo sintético que se usa para tratar el dolor asociado al cáncer.
En la ciudad de Lawrence, del estado de Massachusetts, al este de Estados Unidos, la DEA responsabiliza al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de haber convertido a esa pequeña localidad de Nueva Inglaterra, de 76 mil habitantes, en el lugar con el más alto número de muertes per cápita en Estados Unidos por consumo de fentanil.
Se trata de una droga 40 veces más poderosa que la heroína y hasta cien veces más que la morfina. Combinada con aditivos y otros opiáceos, ha hecho de Massachusetts y el vecino New Hampshire el número uno y dos, respectivamente, con más muertes en Estados Unidos por esa droga.
Según la DEA, esos cárteles mexicanos tienen una “vasta distribución” de fentanil a precios baratos apoyados en bandas de dominicanos.
En su edición del jueves 27, el diario The Boston Globe reportó que, para su elaboración, el Cártel de Sinaloa y el CJNG importan la sustancia desde China, elaboran la droga en México y la trafican en forma de píldoras y polvo a través de la frontera.
Este día la comisión especial de la Casa Blanca para el combate a la epidemia por opiáceos pidió al presidente Donald Trump declarar una emergencia nacional, como ya lo han hecho en su jurisdicción estados como Florida, Arizona y Maryland.
Lo que se busca es tratar el problema como un asunto de salud pública, para lo que se requiere la aprobación de más recursos por parte del Congreso.
Trump tiene a la mano nuevos argumentos para arremeter contra México.
En medio del desastre que es ahora la Casa Blanca con tantos cambios de funcionarios que ha hecho, el presidente estadounidense designó como jefe de gabinete al general retirado John Kelly, un activo promotor de una mayor intervención armada para combatir a los cárteles en México.
Excomandante del Comando Sur del Ejército estadunidense y hasta la semana pasada el secretario de Seguridad Interior, Kelly quiere emular en México el Plan Colombia que operó en ese país.
Trump ha puesto de nuevo la mirada en México y ha vuelto de nuevo a sus manipulaciones, propiciadas por la debilidad del presidente mexicano Enrique Peña y su secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray.
Apenas se sumaron a las sanciones de Estados Unidos a Venezuela, Peña y Videgaray fueron de nuevo utilizados por Trump, al asegurar este día que el presidente mexicano estaba a favor de su política migratoria.
La Secretaría de Relaciones Exteriores se exhibió en un pretendido desmentido del supuesto “cumplido” de Peña Nieto. Pero utilizó los mismos argumentos de Trump respecto de la caída de la inmigración indocumentada hacia Estados Unidos desde México.
Los cárteles mexicanos han prosperado gracias al consumo de drogas en Estados Unidos, pero la nueva crisis de drogadicción en ese país y la pequeñez del gobierno mexicano hacen la combinación perfecta para un nuevo maniqueísmo hipócrita de Trump.