| CHINA | 23 DE JULIO DE 2020 | FUENTE: EL SOL DE PUEBLA | FOTO POR XINHUA |
China lanzó este jueves con éxito su primera sonda independiente hacia Marte, una misión durante la cual espera usar un robot para estudiar el suelo del planeta rojo y que se realiza en plena rivalidad diplomática y tecnológica con Estados Unidos.
La sonda fue propulsada por un cohete Larga Marcha 5 que despegó de la base de Wenchang, en la isla china de Hainan (sur).
Bajo una temperatura abrumadora de 34 grados, los ingenieros y empleados en traje azul aplaudieron tras el lanzamiento. La agencia especial confirmó media hora después su éxito.
La sonda no llegará hasta 2021. Deberá realizar en unos siete meses el largo trayecto Tierra-Marte. La distancia varía, pero es como mínimo de 55 millones de kilómetros, es decir, mil 400 veces la vuelta al mundo.
La misión Tianwen-1 («Preguntas al cielo-1») embarcó una sonda compuesta de tres elementos: un orbitador de observación (que girará alrededor del planeta rojo), un aterrizador (o lander) y un robot de control remoto (que se encargará de analizar el suelo marciano).
«Esto es claramente un hito para China. Es la primera vez que se aventuran en el sistema solar», declaró Jonathan Mcdowell, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, en Estados Unidos.
La sonda china tardará unos siete meses en recorrer este trayecto. Se prevé que llegue en febrero de 2021 al campo gravitatorio de Marte.
China no ha sido la única en querer enviar una sonda a Marte recientemente. Emiratos Árabes Unidos propulsó la suya («Esperanza») el lunes y Estados Unidos lanzará una («Marte 2020») el 30 de julio.
Una competencia sino-estadounidense que evoca la carrera espacial entre la antigua Unión Soviética y Estados Unidos en la época de la Guerra Fría.
«La exploración espacial es una fuente de orgullo nacional. La ambición también es mejorar el conocimiento de la humanidad de Marte», declaró a la AFP Carter Palmer, especialista del espacio en la firma estadounidense Forecast International.
China es prudente tras encajar varios fracasos en 2020, con lanzamientos fallidos y la desintegración de una cápsula espacial a su vuelta a la Tierra.
«Los riesgos y las dificultades son considerables», en particular el peligroso aterrizaje en Marte, señala Liu Tongjie, portavoz de la misión Tianwen-1.
«Pero también estamos muy confiados. Esto es 50-50», consideró Chen Lan. «China puede fracasar esta vez. Pero algún día lo conseguirá. Porque tiene la voluntad, la determinación y suficientes recursos financieros y humanos para lograrlo», afirmó.