INTERNACIONAL. LLUÍS MIQUEL HURTADO. 02/08/21.

Los incendios no son raros en la cuenca mediterránea. Pero la magnitud de los que se están registrando estos días en lugares como la costa sur turca está rompiendo los medidores. En la provincia de Mugla, que el mar Egeo baña, el fuego asedió varios ‘resorts’, forzando a sus clientes a huir incluso en lanchas. Antalya, más al este, es otro de los puntos calientes. «Todo lo que tenía se ha quemado por completo. He perdido corderos y otros animales», se quejó amargamente Ibrahim Aydin, granjero, al diario Sabah.

La multiplicidad de focos en Turquía se ha combinado de forma letal con la falta de recursos contra las llamas, en especial de medios aéreos, una situación que ha desatado críticas en las redes sociales. Al margen de la ayuda brindada por Irán, Rusia o la UE, España ha enviado dos aviones apagafuegos CL 416, un avión de transporte C 295 de la Fuerza Aérea Española y un equipo de la UME. El ministro José Manuel Albares llamó este lunes a su homólogo turco, Mevlut Çavusoglu, para solidarizarse.

Al menos 107 incendios se han declarado en Turquía. El pasado domingo, después de cinco días luchando para apagar las llamas, el ministro de Salud, Fahrettin Koca, anunció dos muertes más en la población de Manavgat. Cinco personas más habían muerto en ese mismo término municipal con anterioridad, y una persona más había perdido la vida en la localidad de Marmaris. La mayoría de testigos reconocen que «jamás hemos visto algo así».

El análisis del Copernicus, el servicio de observación atmosférica de la UE, ha detectado que los incendios turcos alcanzaron el jueves los 20 gigavatios de potencia, cuatro veces más que el máximo diario medido hasta la fecha. «Estos números están fuera de los márgenes en comparación con los últimos 19 años», confirma Mark Parrington, científico del Copernicus, al diario ‘The Guardian’. Las densas columnas de humo surgidas de Antalya y Mersin ya sobrevuelan la isla de Chipre.

Para Joan Pons, ambientalista y cofundador de la consultoría INSTA, «no hay una única causa» para los incendios, azuzados por soplos de aire africano, pero la principal, destaca, «es el aumento general de las temperaturas», precedido de «una primavera y un invierno relativamente secos» y con «un cambio del régimen de lluvias, probablemente consecuencias del cambio climático». El experto advierte que esta tendencia inflamable «se irá repitiendo, con veranos cada vez más cálidos».

La Organización Meteorológica Mundial ha tuiteado una previsión fatal: temperaturas rebasando los 40 grados este verano en áreas de Italia, Grecia, Túnez o Turquía. Tres de estos cuatro países sufren estos días incendios graves. En el sur griego, varias poblaciones alrededor de la ciudad portuaria de Patras han tenido que ser evacuadas. Hay al menos cinco heridos y las llamas han consumido una docena de hogares. En Italia, 800 veraneantes tuvieron que ser evacuados este fin de semana de los complejos turísticos de Pescara, cercados por un fuego que ya ha convertido 53 hectáreas en cenizas. En Sicilia, la otra región italiana afectada, 200 turistas tuvieron que ser rescatados.

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