|10 DE JUNIO DEL 2020|FOTO: ARCHIVO.
POR: CHIPONDA CHIMBELU.
Hasta ahora, ha sido un año muy agitado para las relaciones entre China y África. Si bien los chinos se han apresurado a prestar ayuda y apoyo a las naciones africanas durante la actual pandemia de COVID-19, el brote también ha puesto de relieve aspectos que no están funcionando en las alianzas de Pekín con los países africanos.
Es posible que los préstamos masivos de China a los países de África ya no sean sostenibles. Su economía se tambalea a medida que aumenta el desempleo y el riesgo de quiebra de las empresas. Los expertos esperan que la economía china siga luchando. Por lo tanto, los líderes africanos podrían no contar más con el apoyo económico de Pekín en medio de la crisis actual.
Asimismo, el brote de coronavirus también ha revelado la falta de entendimiento entre la población china común y corriente y los africanos. En abril, Pekín fue objeto de amplias críticas por su inadecuada respuesta frente a los incidentes de racismo y discriminación a africanos en Guangzhou. Varios embajadores africanos condenaron los incidentes y presionaron al gobierno chino para que emitiera una respuesta.
En mayo, tres ciudadanos chinos fueron asesinados en Lusaka, capital de Zambia. Una de las víctimas era la esposa del propietario de una fábrica a la cual los cuerpos fueron arrastrados antes de ser incendiada. Los asesinatos se produjeron después de que el alcalde de Lusaka publicara un video en Facebook en el que enfrenta al propietario de una fábrica cuestionándole el encierro de sus trabajadores sin permitirles ir a casa en medio de la pandemia.
China en una posición particular
Pero a pesar de los muchos titulares negativos, parece que China podría seguir beneficiándose de la pandemia en África. De los socios del continente africano, Pekín fue el primero en tener el brote de coronavirus bajo control, y esa no es su única ventaja. «China se encuentra en una posición única, en comparación con los europeos o los estadounidenses, porque tiene una gran población de migrantes; una comunidad empresarial consolidada», dice Eric Olander, editor-gerente del sitio web y podcast del Proyecto China-África.
Se calcula que China ha aportado 280 millones de dólares (248 millones de euros) en ayuda y apoyo relacionados con la crisis del coronavirus. De los cuales, una gran parte proviene de particulares y de la comunidad empresarial. «Hay una diáspora ahí. Está aumentando», señala Olander.
Alrededor de un millón de chinos vive en África, lo que probablemente represente la mayor población migrante no africana del continente. Y a pesar de revelar puntos débiles en la relación entre China y África, la actual pandemia también está mostrando lo positivo de la participación de Pekín en el continente. El nivel de compromiso privado vinculado a la ayuda frente a COVID-19 en los últimos meses muestra que algo puede estar cambiando.
La inversión privada aumentará
No es de extrañar que la ayuda oficial del país asiático haya sido superada por las donaciones privadas en respuesta al virus. Pekín ya ha inyectado cantidades significativas de dinero en efectivo a África: es ahora el mayor acreedor bilateral del continente, representando alrededor del 20% de la deuda externa del mismo, según varias estimaciones. Así que mientras la economía china se tambalea, la participación privada puede ser una señal de lo que está por venir.
Hannah Ryder de Development Reimagined, con sede en Pekín, cree que el deseo chino por invertir en África puede aumentar después del COVID. «Mi sensación es que habrá un mayor impulso, y en particular no a los préstamos, sino a la inversión», dice Ryder. Esto se debe principalmente a que «el crecimiento al interior de China se verá limitado durante mucho tiempo», explica.
Dado que los inversores chinos enfrentan cada vez más restricciones en Estados Unidos y Europa, su hambre por invertir en otros lugares también puede aumentar. Así ocurrió en 2018, por ejemplo, cuando más empresas chinas invirtieron en startups africanas de tecnología; es decir, su interés en el continente aumentó tras un mayor escrutinio del mercado estadounidense.
Diferentes estrategias son necesarias para atraer la inversión china
Sin embargo, la relación entre Pekín y sus socios africanos es muy desigual. El déficit comercial es asombroso, y los incidentes de Guangzhou también fueron una señal de ello. Los comerciantes africanos no tienen el mismo poder económico ni el mismo acceso al mercado que los migrantes chinos en África.
«Lo que necesitamos ver es un cambio tanto por parte de los chinos como de los africanos, no se trata solo de tener una relación política, sino también una relación económica, que sea mutuamente benéfica», dice Hannah Ryder de Development Reimagined.
Y ahí radica un problema. Según expertos como Ryder, la mayoría de los países africanos no ha desarrollado estrategias para atraer la inversión china. Un buen ejemplo serían las campañas de turismo que los países africanos tienen en China, que no difieren de las europeas. Y lo mismo vale para las exportaciones africanas. Así que eso tiene que cambiar.
«Necesitamos tener una estrategia real para relacionarnos con China», dice Ryder. «Tenemos que priorizar lo que queremos obtener de esa relación».
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