En tanto, la Coordinación Nacional de Protección Civil emitió la noche del miércoles una declaratoria de emergencia por las lluvias severas y las inundaciones que provocó la tormenta Hanna en los municipios de Reynosa, Gustavo Díaz Ordaz y Valle Hermoso los días 25 y 26 de julio.
El organismo, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, recordó que con esta acción se liberan recursos del Fondo para la Atención de Emergencias. A partir de esta declaratoria, solicitada por el gobierno de Tamaulipas, las autoridades contarán con dinero para atender las necesidades alimentarias, de abrigo y salud de la población afectada.
El caudal alcanzó este jueves ocho metros de altura, el doble de lo que tenía antes del paso de Hanna, y continúa creciendo, provocando filtraciones tanto en el puente Puerta México como en Ciudad Industrial, un parque que alberga a 30 maquiladoras.
Para GRM fue prioritario quitar su hospital móvil, pues podía perder mobiliario y equipo médico .
El nosocomio móvil tenía capacidad para 20 camas y contaba con respiradores. Los contagiados recibían tratamiento gratuito de la organización, que apenas en mayo lo puso en operaciones para los extranjeros que esperan respuesta de las autoridades estadunidenses a su petición de asilo humanitario.
El agua llegó a las instalaciones de GRM y a las casas de campaña de los extranjeros que se encuentran en las márgenes del río Bravo; sin embargo, los migrantes procedentes de ocho países de Centroamérica siguen renuentes a dejar el paraje, como lo ha recomendado la Dirección de Protección Civil.
Francisco Gallardo, coordinador de la Casa del Migrante, dio a conocer que religiosos han ofrecido dos inmuebles para que los indocumentados tengan donde hospedarse durante la contingencia, pero aun así se niegan.
En tanto, vecinos de la colonia Rafael Ramírez denunciaron al comité de mejoras de Ciudad Industrial, un parque próximo al río Bravo, de robar tierra del bordo de contención para proteger a sus empresas.
Para evitar que continúe el saqueo de tierra por parte de los maquiladores, organizaron guardias ciudadanas a lo largo del bordo del río Bravo.
Mientras, con la circulación interrumpida en la autopista Matamoros-Reynosa, tras los cortes que ejidatarios de Río Bravo hicieron en la vía federal para permitir que el agua desbordada fluyera, se está utilizando como vialidad alterna la carretera libre.
Campesinos de los ejidos Progreso, Veracruz y San Juanito, entre otros, rentaron maquinaria para romper el asfalto, desaguar sus tierras de cultivo y evitar que el río entre a sus hogares, como ocurrió en 2010 tras el paso del huracán Alex.
Los labriegos de Veracruz y Progreso pidieron apoyo a voluntarios para empacar costales de arena, ya que el agua ha empezado a filtrarse a sus viviendas.
En Reynosa, habitantes de Estación Argüelles, en la carretera Ribereña, reportaron que la inundación comenzó a ceder y pudieron regresar a sus domicilios y constatar los daños que ocasionó el meteoro.
Desde el domingo, cuando impactó Hanna, hasta este jueves, familias de esta comunidad rural no habían podido volver a sus casas, donde perdieron muebles, enseres y documentos.
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