Agencia DW | junio 28 2017 | animalpolitico.com
Guillermo Galindo ha recopilado diferentes objetos de gente que iba camino a los Estados Unidos o de aquellos que intentaban llegar a las costas de Grecia. Galindo muestra su colección al público y produce música con ellos para imaginar la historia que guardan. Galindo nació en México y es un compositor experimental y arquitecto del sonido que nunca se rige por las convenciones de la música. Sus composiciones y performances artísticas han sido presentadas en diversos festivales y exposiciones en Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia.
En su performance dejó a los objetos hablar por sí solos. En entrevista con DW, contó su experiencia en la recolección de estos.
DW: En esta Documenta se habla mucho de aprender y de desaprender, de amor y de alteridad. ¿Cómo ves tu trabajo dentro de la Documenta?
Guillermo Galindo: Mi trabajo es la extensión de un proyecto que tengo en Estados Unidos que se llama “Border Cantos”. Es un proyecto basado en hacer instrumentos musicales a partir de objetos personales de migrantes que cruzaron de Latinoamérica a los Estados Unidos. Las piezas de barcos son de naufragios y me las traje desde la Isla de Lesbos, en Grecia. Y todos los instrumentos que estuve tocando son cosas recolectadas. La cacerola de metal es donación de un campo de refugiados que hay aquí, también tengo un plato de metal que encontré en la playa en Lesbos y las botellas vienen de un área de Tejas donde fueron dejadas por los migrantes. Todo tiene que ver con la migración.
¿Cómo crees que el arte puede contribuir a denunciar el problema de los migrantes?
Yo hago lo que puedo, pero no me gusta llamarlo arte, escultura o música. Es solo una muestra y lo que hago es utilizar la evidencia de objetos para que la persona que los vea o los escuche, reflexione sobre su propio juicio y no se deje imponer ninguna posición política. Trato de hacer hablar a los instrumentos por aquellas personas que los poseyeron.
¿Ves alguna relación entre lo que ocurre en México ahora y lo que ocurre acá en Europa con los refugiados?
Es muy similar. La gente del sur está huyendo básicamente de la violencia, pero también de condiciones económicas extremas causadas por una u otra cuestión política. Mucha gente que se queda atrapada en las guerras, atrapada en la violencia, es gente que no tiene absolutamente nada que ver con lo que causó eso y que solamente está huyendo, y en otros lados les cierran las puertas.
En esta Documenta hay muchos latinoamericanos presentes. ¿Significa eso algo para su continente?
Yo no tuve que ver mucho con la curadoría, pero me parece muy bien y observo que el festival es muy diverso. A diferencia de otras bienales de arte, esta vez se ha incluido a gente de muchos países y no solo porque provienen del extranjero, sino porque su arte resulta interesante. A mi me parece muy elegante la curadoría, muy acertados los temas y las personas que escogieron para estar aquí. Todos, aparte de ser gente diversa, con diferentes puntos de vista y de diferentes nacionalidades, son gente que hace un buen trabajo.
¿Qué opinas de la revista, presentada aquí en la Documenta, que propone al sur como “un estado mental”?
Sí, es fantástico, y tengo otro ejemplo. Entre los artistas brasileños, allá por los años 60 y 70, había muchos que hacían mapas al revés, el norte se volvía sur y el sur en norte. En realidad, la diferencia no está entre este y oeste, sino entre norte y sur.
¿Crees que hay una relación entre Grecia y Latinoamérica en lo referido a ese concepto del sur?
Muchísimo. Ahora que fui a Lesbos, fui hasta sus costas. Turquía está a solo 90km. El montón de ropa y objetos que se hallaban allí era prácticamente el mismo que uno encuentra en el desierto de California. Este es un reflejo idéntico de los migrantes.
¿Crees que el público de la Documenta pueda entender este concepto sobre el sur y el problema de la migración?
Eso es lo que estamos tratando de hacer. Tratando de hacer entender eso a la gente, sin imponer algo, solamente invitándolos a vivir una experiencia. Estamos hablando de corazón a corazón, no de cabeza a cabeza.