Esther Herrera | http://www.elfinanciero.com.mx | 25 de julio de 2017

Nuevo León no sólo se ha convertido en un estado receptor-tránsito para los migrantes centroamericanos que tienen como objetivo cruzar la frontera con Estados Unidos, sino en un refugio para muchos de ellos que se asientan aquí.

Algunos de ellos logran acomodarse en la economía formal como albañiles de la Línea 3 del Metro, por ejemplo, aunque otros optan por pedir limosna en los diferentes cruceros de la zona metropolitana de Monterrey.

Lo anterior ante el endurecimiento de la política migratoria en Estados Unidos que está convirtiendo a la metrópoli en un refugio casi permanente de cerca de tres mil 500 migrantes centroamericanos.

Al ser deportados o no lograr su objetivo de cruzar la frontera para vivir su “sueño americano”, se quedan en la metrópoli y sobreviven pidiendo limosna en los principales cruceros de la ciudad, señaló Paulo Cuéllar, catedrático de la facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

Por su parte, Philippe Stoesslé, catedrático de la UDEM, consideró que el migrante enfrenta el hostigamiento de policías municipales y una insegura situación económica, lo que significa que Nuevo León está lejos de ser un “sueño”.